El suelo de una veranda debe escogerse tanto por su estética como por su practicidad. Mantenimiento, durabilidad, reacción frente al sol... Sigue todas nuestras recomendaciones para escoger un suelo de veranda que cubra todas tus necesidades.
¿Cuáles son las calidades requeridas para un suelo de veranda?
Lo primero: el suelo debe estar bien aislado. Esto evitará que aumente la humedad y te permitirá disfrutar de tu veranda durante todo el año.
Ten en cuenta que la veranda es una transición entre el interior y el exterior. Por tanto, es posible que termine manchada por culpa de los zapatos sucios o húmedos. Sobre todo si tienes hijos o animales. En cuanto al aspecto práctico, elige un suelo fácil de limpiar. Si, además, es resistente a los impactos y a las rayaduras, podrás estar tranquilo durante muchos años.
También debes asegurarte de que tenga un tratamiento contra la humedad (por el calzado mojado) y que esté protegido frente a la decoloración provocada por el sol.
¿Cómo se elige el color del revestimiento de suelo de una veranda?
En la mayor parte de los casos, lo más recomendable es optar por un color de revestimiento de suelo que replique el de la estancia adyacente a la veranda. Así, evitarás los contrastes demasiados bruscos. No obstante, si quieres retener el calor dentro de la veranda, puedes escoger un suelo oscuro. Los colores marrón, ocre y ladrillo pueden aumentar hasta un 20 % el aporte térmico. Eso sí, deberemos evitarlos si la veranda tiene una orientación sur. Por supuesto, los colores claros aumentarán la luminosidad de la estancia, pero cuidado con el blanco: puede llegar a deslumbrar y resultar sucio.
¿Qué tipo de revestimiento se instala en una veranda?
Algunos materiales se utilizan más que otros en las verandas. Desde hace algunos años, el hormigón encerado se ha vuelto muy popular. Es muy práctico, ya que se puede limpiar pasando una fregona. Podrás encontrarlo en versión encerada, pulida, barnizada o con pátina y en muchos colores. El hormigón se adapta a los cambios de temperatura, absorbiendo el calor durante el día y desprendiéndolo durante la noche (y, a su vez, el frescor de la noche se desprende durante el día).
La madera sigue siendo muy apreciada por su calidez, tanto visual como táctil. Para protegerla mejor, lo ideal es un acabado vitrificado. La madera sólida o el parqué estratificado son las opciones más habituales, ya sean pegadas o flotantes. Procura verificar su nivel de resistencia. Si quieres hacer una elección más ecológica, puedes optar por el corcho, la hierba marina o el bambú.
¿Se puede poner linóleo en una veranda?
Los suelos flexibles, muy resistentes y económicos, como el linóleo, también tienen su sitio en una veranda. Este suelo, también llamado PVC o vinilo, es estanco y aislante. Es fácil de instalar gracias a las versiones en forma de rollo o de lamas con un sistema de enganche (como el parqué).
Las lamas de PVC rígidas resisten tanto el agua como la radiación UV: no se moverán, ni siquiera con las variaciones de temperatura y de humedad. ¡Algunas de ellas ofrecen incluso aislamiento acústico!
Para aumentar aún más la comodidad, puedes colocar una alfombra sobre la losa. No es recomendable instalar moqueta, ya que no es fácil de mantener, pero una alfombra bonita instalada en la zona de salón o frente a un sillón hará que tu veranda sea más agradable.
