La elección de una calefacción para veranda dependerá del aislamiento de la veranda. Al igual que el resto de espacios de vida, una veranda debe contar con un sistema de calefacción para el invierno. Para elegir bien, sigue nuestras recomendaciones.
El aislamiento y la orientación para elegir una calefacción de veranda
La veranda, por su propia naturaleza, está formada por superficies acristaladas. Para calentar una veranda, es necesario tener en cuenta los parámetros siguientes a la hora de escoger un acristalamiento:
Coeficiente U o transmisión térmica, el cual indica la pérdida de calor desde el interior hacia el exterior. Cuanto más bajo sea, mayor será la eficiencia térmica.
El factor solar FS o g, el cual indica la energía solar transmitida a través del cristal. Cuanto más bajo sea, menor será el aporte solar.
La transmisión de la luz (TL), que mide en porcentaje la cantidad de luz que pasa a través del cristal. Cuanto más alta sea, más eficiente será el cristal en términos de aislamiento térmico.
La reflexión de la luz (RL), que mide el grado de reflexión del cristal. Cuanto mayor sea el coeficiente, más reflectante será el cristal.
En función de la zona en la que vaya a realizarse la instalación, estos parámetros deberán modularse para conseguir un equilibrio térmico y, de este modo, poder calentar la veranda durante el invierno. En el caso de una veranda de aluminio, los perfiles deberán contar con rotura de puente térmico total, como los que diseña AKENA Vérandas. Además, una veranda que cuente con persianas enrollables integradas también nos permitirá modular la eficiencia térmica.
¿Cómo se puede calentar una veranda o una extensión?
Para calentar una veranda o extensión, debes asegurarte de que el aislamiento sea óptimo. Solo entonces podremos comenzar a elegir la climatización/calefacción que mejor se adapte a la veranda. Hay varias soluciones posibles:
- Extensión del circuito de la calefacción central de la casa: en este caso, necesitarás contar con una caldera lo suficientemente potente.
- Suelo calefactable: compatible con un gran número de sistemas de calefacción y económico.
- Energía solar: puede resultar insuficiente y necesitar un sistema de apoyo durante las épocas más frías.
- Bomba de calor que extraiga la energía del suelo, de la capa freática o del aire.
Más información sobre la veranda de alta eficiencia térmica
En cualquier caso, los técnicos-consejeros de la empresa AKENA Vérandas te ayudarán a elegir el tipo de calefacción que mejor se adapte a la configuración de tu veranda.
¿Cómo se puede calentar una veranda sin arruinarse?
Para calentar una veranda al menor coste posible, hay que elegir soluciones fáciles de implantar. Cuantas menos obras tengas que hacer, más barata será la calefacción.
La manera en la que calentaremos nuestra veranda dependerá, principalmente del uso que vayamos a darle. Si es una habitación que usaremos puntualmente, como un segundo salón de recepción, por ejemplo, solo lo calentaremos ocasionalmente, cuando sepamos que vamos a pasar tiempo en ella. Otra solución económica energéticamente hablando consiste en calentar la veranda únicamente durante el día. Al acumular grados gracias a la presencia del sol y a la acción del sistema de calefacción, conseguiremos rápidamente una temperatura cómoda a un menor coste.
Para conseguir una temperatura agradable en invierno, sin sol ni calefacción, deberemos invertir en el aislamiento de la veranda. Este debe ser absolutamente óptimo para así evitar tener una estancia demasiado fría. No obstante, no es aconsejable no contar con un sistema de calefacción en la veranda.
Considera también instalar unos paneles solares para disminuir tu consumo de energía.
¿Quieres saber más sobre cómo se puede mantener el calor en el interior de una veranda?
¿Cómo se puede calentar bien una veranda?
Lo ideal es estudiar y elegir la calefacción de la veranda durante la construcción de esta. Esto te permitirá ampliar el circuito de la calefacción de la casa. En este caso, la veranda estará completamente integrada con el resto de la vivienda y tendrá la misma temperatura, especialmente si cuenta con un termostato. No obstante, la caldera debe ser lo suficientemente potente como para poder cubrir la estancia adicional.
Añadir un calefactor eléctrico (o varios, en función de la superficie de la veranda) puede ser la mejor opción. Especialmente, porque se pueden instalar en una verana más antigua sin necesidad de acudir a un profesional para acondicionarla. Para poder sacar el máximo partido al radiador, hay que colocarlo lo más cerca posible de la zona que vayas a ocupar: sentirás mejor sus efectos. Atención: si eliges un calefactor eléctrico radiante, opta por un modelo por infrarrojos cercanos (u ondas cortas). Será muy eficiente en una estancia que cuente con muchas fachadas acristaladas. El radiador de ondas infrarrojas lejanas, también llamano IRL, necesita acumular calor en las paredes, el suelo y el techo, algo casi imposible en este espacio.
Si planeas instalar una estufa de leña en tu veranda, también tendrás que construir un circuito de evacuación para el humo. Todo el conjunto debe respetar las mejores prácticas en cuanto al aislamiento de un nuevo espacio de vida. Se debe escoger el tamaño y, sobre todo, la potencia de la estufa de leña en función de la superficie de tu veranda. Su ubicación puede ser variable: ¿por qué no instalarla en medio de la estancia para así disfrutar por completo de la visión de las llamas?
Una bomba de calor ofrece una ventaja doble: no solamente calentará tu veranda durante el invierno, sino que también te permitirá pasar menos calor en ella durante el verano. Los modelos aire-aire suelen ser los más recomendados, ya que capturan las calorías presentes en el aire exterior antes de introducirlas en el interior.
También existen los acristalamientos calefactables. Menos frecuentes, necesitan una alimentación eléctrica para que el cristal interior pueda transmitir calor.
¿Qué potencia de calefactado se necesita para una veranda?
En términos generales, al igual que para el resto de la casa, lo primero que debes hacer es calcular el volumen de la estancia que quieras calentar. Para obtenerlo, debes multiplicar la superficie del suelo por la altura del techo.
Con una altura estándar de 2,5 m, se necesitarán, de media, 100 W por m² (en el caso de los radiadores eléctricos) para calentar una estancia interior. Si tu veranda es más antigua o el aislamiento no es óptimo, este sería el mínimo estricto sobre el que tienes que trabajar. Estas medidas se aplican también en el caso de las estufas de leña.
También debes tener en cuenta la región en la que vives. No tendrás las mismas necesidades en cuanto a calefacción si el clima es suave o más bien frío. Por ello, con un aislamiento ineficiente, se necesitarán 40 W/m³ en las zonas más templadas y 60 W/m³ en lugares más fríos.
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